Ángel Peña Santa Clara de Asís

La vida de santa Clara es una de las más emocionantes de la hagiografía católica. El Papa Alejandro IV, en la bula de su canonización, la define como vaso de humildad, joyero de castidad, ardor de caridad, dulzor de benignidad, vigor de paciencia, lazo de paz, comunión de vida familiar, afable en el trato, apacible en todo y siempre amable.

Los cuatro ministros generales de las cuatro familias franciscanas, con motivo del octavo centenario del nacimiento de santa Clara (1193-1993), la definen como de personalidad fuerte, valerosa, creativa, fascinante, dotada de extraordinaria afectividad humana y materna, abierta a todo amor bueno y bello, tanto hacia Dios como hacia los hombres y a todas las demás criaturas. Clara será quien dé a la Iglesia y a la humanidad una familia de hermanas pobres que cuenta hoy con dieciocho mil miembros. Será la única en escribir una Regla propia y tendrá el valor de pedir, al asombrado y conmovido Papa Inocencio III, el privilegio de la pobreza.

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