R. Garrigou-Lagrange LAS TRES VÍAS Y LAS TRES CONVERSIONES

La vida interior es para todos y para cada uno de nosotros la única cosa necesaria. Por eso debiera desarrollarse constantemente en nuestra alma con mucha mayor fuerza que la llamada vida intelectual, científica, artística o literaria. Porque la vida interior es la vida íntima y profunda del alma, del hombre completo; y no tan sólo la de alguna de sus potencias. La misma vida intelectual ganaría no poco si, en vez de suplantar la espiritual, reconociera su necesidad y sus excelencias; y se aprovechara de su eficacia que, en último resultado, es la eficacia de las virtudes teologales y la de los dones del Espíritu Santo.

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