San Antonio María Claret Autobiografía


La guerra contra Napoleón embargaba el ambiente. Dos amores destacaban en el pequeño Claret: la Eucaristía y la Virgen. Asistía con atención a misa; dejaba el juego para visitar a Jesús en la iglesia; rezaba cada día el rosario y sentía debilidad por los libros. Los devoraba. Pocas cosas contribuyeron tanto a su santificación como sus lecturas. Antonio tenía la ilusión de ser sacerdote y apóstol.