FUENTES MIGUEL ÁNGEL El teólogo responde II
No debe importarle al teólogo la dificultad de su empresa ni los –aparentemente– escasos frutos para entender los misterios divinos, pues, como escribió Santo Tomás: «es agradabilísimo captar algo de las cosas altísimas, aunque sea por una pequeña y débil consideración»¹⁶. El mismo Aquinate hace suyas las palabras de San Hilario, quien afirmó hablando de la verdad: «Comienza creyendo, progresa, persigue; pues aunque sepa que nunca he de llegar, me alegraré, no obstante, de haber progresado. Quien devotamente va en pos de lo infinito, aunque nunca le dé alcance, sin embargo, siempre aprovechará en su insistencia».