Para el lector, la lucha del Hermano Joaquín es de un extraordinario interés, al mismo tiempo que una revelación de la silenciosa vida trapense. Hora tras haré, día tras día, el lector la vive en este libro a través del novicio y del hermano lego Joaquín María. No se guardan secretos ni se oculta nada. Le vemos en la mesa del refectorio, en la compañía de los silenciosos monjes blancos y pardos, en la capilla escuchando los rezos de los Oficios, trabajando en los campos y en el momento de cerrar la larga jornada de trabajo con su último homenaje a la Virgen, la Salve trapense. Todos los porqués de la vida trapense se explican en estas páginas con elocuencia y vigor que nos descubren una maravillosa existencia insospechada por el gran mundo ruidoso, del que esos admirables monjes se han apartado.