GÓMEZ MOLLEDA Pedro Poveda hombre de Dios

 La guerra que no termina nunca, la de los hombres entregados a la locura de la transformación de los espíritus. A estas horas la experiencia ya le ha enseñado lo que todos aprendemos algún día, que podemos poco. Pero también sabe esto otro. Que con Dios se hacen cosas admirables. La primera de todas, empezar. Porque Pedro Poveda, sin saber cómo, ha tenido el valor de meterse en esa guerra loca del espíritu y de crucificarse con sus propias manos sobre el madero de una empresa casi imposible.