GARCÍA LOPEZ JESÚS Doctrina de Sto. Tomás sobre la verdad

El conocimiento acabado de la naturaleza de la verdad no se termina en su definición. Tiene que extenderse también al conocimiento de sus propiedades. Dos son las propiedades de la verdad: la eternidad y la inmutabilidad, o al menos son ellas las más importantes. La eternidad es naturalmente posterior a la inmutabilidad, como lo es la temporalidad respecto de la mutabilidad; pero esto no quita para que la eternidad sea conocida antes que la inmutabilidad. Santo Tomás adopta este orden, y por eso trata primero de la eternidad y después de la inmutabilidad. Y como la verdad nos ha aparecido como un análogo que, en cuanto tal, no puede abstraer verdaderamente de sus analogados, por eso la consideración de esas propiedades de la verdad se hace atendiendo de un modo expreso a esos analogados y concretamente a los dos más importantes: la verdad divina y la verdad creada.