KENDALL MARY CLAIRE También Dios pasa por Hollywood

 Toda mi infancia, que transcurrió en una familia con mentalidad de estrellas de cine, se centró en una cosa: ¿Cómo participar de ese mundo? A los siete años estaba convencida de que Dios tenía que ayudarme a ser una estrella. A mis padres adolescentes los condujo a Hollywood un cazatalentos, y su viaje acabó llevando allí también a la hermana de mi padre y a su marido, Johnny. Tenía una voz de la que todo el mundo presumía, y al igual que a muchas de las estrellas de las que escribe Mary Claire, en Hollywood le cambiaron el nombre por el de «Mario Lanza» para dar la imagen que pretendían.