Pero el evangelio de Juan sigue guardando celosamente su secreto. Escribe a este respecto un especialista de nuestros días: «Después de años de contacto con la exégesis histórico crítica, uno tiene la impresión de que los aspectos más profundos del evangelio de Juan quedan como incólumes e intocados bajo las muchas capas de papel dedicAdos a análisis más o menos penetrantes, pero en su gran mayoría estériles» (Tuñí Vancells). Ya en 1930 Schweizer juzgaba que su enigma literario es insoluble. Pero me parece inaceptable el pesimismo de Wellhausen, para quien el evangelio de Juan es un caos.
CASTRO SECUNDINO, Comentario Evangelio de Juan
Siguiendo el pensamiento de Orígenes, podemos afirmar que lo más sublime de la Biblia se halla en los evangelios, y lo más sublime de éstos, en el evangelio de Juan. Este libro siempre ha sido considerado el punto más encumbrado de las Escrituras, y tanto los Padres de la Iglesia, como los comentaristas de todos los tiempos le han otorgado una predilección singular. Bastaría para persuadirse de ello acercarse a los comentarios de Orígenes y Agustín, y en nuestros días a los de R. Bultmann, R. E. Brown y de tantos otros.
Pero el evangelio de Juan sigue guardando celosamente su secreto. Escribe a este respecto un especialista de nuestros días: «Después de años de contacto con la exégesis histórico crítica, uno tiene la impresión de que los aspectos más profundos del evangelio de Juan quedan como incólumes e intocados bajo las muchas capas de papel dedicAdos a análisis más o menos penetrantes, pero en su gran mayoría estériles» (Tuñí Vancells). Ya en 1930 Schweizer juzgaba que su enigma literario es insoluble. Pero me parece inaceptable el pesimismo de Wellhausen, para quien el evangelio de Juan es un caos.
Pero el evangelio de Juan sigue guardando celosamente su secreto. Escribe a este respecto un especialista de nuestros días: «Después de años de contacto con la exégesis histórico crítica, uno tiene la impresión de que los aspectos más profundos del evangelio de Juan quedan como incólumes e intocados bajo las muchas capas de papel dedicAdos a análisis más o menos penetrantes, pero en su gran mayoría estériles» (Tuñí Vancells). Ya en 1930 Schweizer juzgaba que su enigma literario es insoluble. Pero me parece inaceptable el pesimismo de Wellhausen, para quien el evangelio de Juan es un caos.