Ayudar a los amigos a ser felices es deber de toda verdadera amistad. Habrá, por tanto, que procurar evitarles todo aquello que pudiera malearlos y habrá también que procurarles todo aquello que pudiera mejorarlos. Porque la bondad y la felicidad se retroalimentan. Y la maldad y la tristeza también.
ALONSO ALLENDE ALFREDO, La amistad del cristiano
La amistad es asunto de al menos dos personas. Y, como todo amor, debe conllevar conocimiento mutuo, aprecio recíproco y servicios mutuos desinteresados. Toda verdadera amistad consiste, a la postre, en un servir al amigo desinteresadamente, en un apreciarle y ayudarle a ser feliz simplemente “porque es él, mi amigo” .
Ayudar a los amigos a ser felices es deber de toda verdadera amistad. Habrá, por tanto, que procurar evitarles todo aquello que pudiera malearlos y habrá también que procurarles todo aquello que pudiera mejorarlos. Porque la bondad y la felicidad se retroalimentan. Y la maldad y la tristeza también.
Ayudar a los amigos a ser felices es deber de toda verdadera amistad. Habrá, por tanto, que procurar evitarles todo aquello que pudiera malearlos y habrá también que procurarles todo aquello que pudiera mejorarlos. Porque la bondad y la felicidad se retroalimentan. Y la maldad y la tristeza también.