Fijémonos en la utilización de la palabra «realmente», que figura en el título del libro. En algunos contextos, es un término cargado de intención, que apunta a una conspiración nefasta para ocultar la verdad sobre lo que sea. Pero en este caso no es ese su significado. Al elegir el adverbio «realmente», no pretendo cuestionar las buenas intenciones de otros teóricos curiosos que llevan ciento veinticinco años, más o menos, dándoles vueltas a las piezas de este mismo rompecabezas. Todo lo contrario. La lista de estudiosos y pensadores que han profetizado, estudiado, lamentado, celebrado, y procurado de diversas maneras explicar lo que veían como el declive del Cristianismo occidental es monumentalmente larga e impresionante; incluye a algunas grandes mentes de la modernidad: a Marx y a Darwin, a Comte y a Freud, a Durkheim y a Weber, y a muchos más. Naturalmente, también forma parte de esa distinguida grey el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, cuya parábola del loco que profetiza en el mercado la muerte de Dios sigue siendo el paradigma por el que muchas personas sofisticadas entienden hoy la secularización.
EBERSTADT MARY, Como el mundo occidental realmente perdió a Dios
Fijémonos en la utilización de la palabra «realmente», que figura en el título del libro. En algunos contextos, es un término cargado de intención, que apunta a una conspiración nefasta para ocultar la verdad sobre lo que sea. Pero en este caso no es ese su significado. Al elegir el adverbio «realmente», no pretendo cuestionar las buenas intenciones de otros teóricos curiosos que llevan ciento veinticinco años, más o menos, dándoles vueltas a las piezas de este mismo rompecabezas. Todo lo contrario. La lista de estudiosos y pensadores que han profetizado, estudiado, lamentado, celebrado, y procurado de diversas maneras explicar lo que veían como el declive del Cristianismo occidental es monumentalmente larga e impresionante; incluye a algunas grandes mentes de la modernidad: a Marx y a Darwin, a Comte y a Freud, a Durkheim y a Weber, y a muchos más. Naturalmente, también forma parte de esa distinguida grey el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, cuya parábola del loco que profetiza en el mercado la muerte de Dios sigue siendo el paradigma por el que muchas personas sofisticadas entienden hoy la secularización.