Javier Knotz es un sacerdote capuchino, vive en Cracovia (Polonia), y desarrrolla ya desde hace tiempo una amplia labor pastoral con matrimonios católicos.
El libro está escrito de modo sencillo y al alcance de todos. Sin embargo, y aunque se puede decir que hay pocos secretos en la temática de la vida sexual, en ocasiones resulta un tanto gráfico y descarnado, con elementos más propios de un libro de sexología, aunque si bien puede decirse que estos últimos están bien enmarcados en la vida de fe cristiana.
El autor plantea, ante malentendidos y tabúes, una perspectiva católica y positiva de la sexualidad: “La sexualidad no tiene por qué desviarnos de la religiosidad ni de la fe católica; que se puede conjugar la espiritualidad y la búsqueda de Dios con una vida sexual feliz”. Para ello, expone en primer lugar, el designio de Dios sobre la sexualidad humana como parte del matrimonio, y de lo que supone la sacramentalidad de éste para la vida matrimonial. “Dios, al crear al hombre y a la mujer, otorgándoles la capacidad de expresar el amor con el lenguaje del cuerpo, pretendía que fuesen felices, compartiendo el cariño mutuo y creando la unión de matrimonio que lleva a constituir «una sola carne»”.
Esta mirada positiva hacia la sexualidad nos la hace percibir no como un peso y una tarea difícil de emprender, o tan solo como un placer sin sacrificios, sino ante todo como un don que, entendido y cuidado correctamente, proporciona la felicidad y conduce al agradecimiento a Dios. El matrimonio, la vida matrimonial, toda ella, ha de ser, es camino hacia Dios, camino de santidad.