Había un punto sobre el que convergían tales experiencias y la sensación suscitada por ella: la angustia. Este término expresa una experiencia tan común hoy que es suficiente evocarla para descubrir que hay mucha gente que se pone enseguida a la escucha. Es el ansia que nace de la seguridad destruida sobre cosas que parecían más sólidas y de la fatiga al encontrarse con la propia carga de nociones de las respuestas reaseguradoras.