PEÑA ÁNGEL, El poder de la palabra

Muchas veces ofendemos y hacemos daño por no cuidar las palabras. Y las palabras pueden hacer mucho bien o mucho daño. Por eso vamos a reflexionar juntos sobre el poder de la palabra. Debemos evitar palabras ofensivas y, sobre todo, las maldiciones y todo lo que suponga odio, rencor o deseo de venganza. En cambio, ¡qué bello es saber perdonar y bendecir a todos los que nos rodean y repartir bendiciones, sonrisas y alegrías por doquier! Que nuestra vida, alegre la vida de los tristes, de los enfermos y de todos los que no pueden sonreír. Que nunca hagamos daño a nadie. Si no les podemos hacer el bien, nunca hagamos daño a nadie. Y Dios nuestro Padre nos bendecirá mucho más de lo que podemos pensar o imaginar.