GROSJEAN PIERRE-HERVÉ, Amar pero ahora en serio

 

Cuando visitó Francia, el primero de junio de 1980, san Juan Pablo II se dirigía a los jóvenes en el Parque de los Príncipes tal como iba a hacerlo luego tan a menudo en las Jomadas Mundiales de la Juventud.
Los jóvenes escuchaban y aplaudían... ¡que les recordase los mandamientos y los consejos del Evangelio!
«Vuestros problemas y sufrimientos me son conocidos [...] Todo esto ya lo sabéis, hasta el punto de estar ya un tanto saturados. Prefiero ganar altura con vosotros. Estoy convencido de que queréis salir de esta atmósfera debilitante y profundizar o redescubrir el sentido de una existencia verdaderamente humana por estar abierta a Dios, en una palabra, vuestra vocación de hombres en Cristo» [...] «Jesús no ha venido a condenar el amor sino a liberar el amor de sus equívocos y de sus falsificaciones».