ÁVILA JOSÉ Cien maneras de ponerle las pilas a tu familia


El autor utiliza un lenguaje directo y personal para comunicarse con  confianza a la persona que lo está leyendo, sea adulto, niño o adolescente. Al sugerir ideas a los padres, las decisiones a adoptar deben ser del matrimonio, ya que la educación de los hijos corresponde a los dos, aunque solo se dirija al que esté leyendo en ese momento. Al dirigirse a los jóvenes, no ha querido agotar al lector con el clásico «o/a» para referirse a los chicos o a las chicas, se entiende que los comentarios son válidos para ambos.
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