Es la obra más famosa de la teología medieval y su influencia sobre la filosofía posterior es muy amplia, sobre todo en el catolicismo. Concebida como un manual para la educación teológica, más que como obra apologética destinada a polemizar contra los no católicos, ejemplifica el estilo intelectual de la escolástica en la estructura de sus artículos. Se relaciona en parte con una obra anterior, la Summa Contra Gentiles, de contenido más apologético, estructurada para refutar una a una las herejías conocidas o las otras religiones.