Para él toda la vida era oración, oraba en todas partes, hacía de su vida una continua oración, Y llevaba una vida de estricta austeridad par amor a Dios y a los demás. Toda su vida era una ofrenda de amor y, por amor, sufría y, por amor, hacía penitencia y, por amor, hacía apostolado entre los más pobres y enfermos; incluso, hacía milagros para hacer felices a todos los que le rodeaban, empezando por sus propios hermanos de Comunidad.