PERNOUD REGINE, La mujer en el tiempo de las catedrales

Cuando estudiamos la historia de Occidente, nos impre­siona el ver hasta qué punto es masculina hasta el siglo V. ¿Cuántas mujeres podríamos mencionar en los siglos que duró la existencia de Roma y su poder? Hemos conservado el nombre de Agripina, la madre de Nerón, pero ella se lo debe más a Racine que a Tácito. Muchas monedas llevan la efigie de Faustina, pero ¿qué sabemos de ella? Los manua­les de historia romana que se infligían en otro tiempo a los escolares, tan minuciosos en lo referido a la civilización an­tigua, no mencionaban siquiera a esa emperatriz que sólo posee su perfil de medalla.

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