En este texto, tradicionalmente atribuido a quien sería Papa y tomaría
el nombre de León XIII, se expone, de manera práctica como alcanzar la
humildad. Parece que lo escribió siendo obispo de Perugia y lo regalaba a
los seminaristas y sacerdotes jóvenes. Se indica al inicio del texto:
“La humildad es el fundamento de la perfección cristiana, en la común
opinión de los santos Padres”. El fundamento no es la plenitud, pero
resulta imprescindible para progresar en el camino de la santidad pues,
parece que sin ella sólo construiríamos castillos en el aire.