No es un tratado de moral, mucho menos un «recetario» ético; el libro aborda cada una de las virtudes propuestas en su concreción existencial.
Con un discurso sencillo, cambiando el rigor silogístico por la vitalidad de la parábola, el autor expone la conveniencia de vivir ejercitándonos en la fortaleza, alegría, amor, confianza, esperanza, humildad, justicia, paciencia, prudencia y templanza.
Lejos de ser actitudes aisladas, cada una de estas virtudes reclama a las otras: «cada hábito virtuoso implica a los demás porque es el ser humano entero quien puede recibir el calificativo de virtuoso». Se trata, pues, de hábitos operativos que se ordenan a la perfección de toda la persona.
Un libro apto para cualquiera que busque aproximarse a la vida virtuosa, más allá de la especulación sobre la virtud.
Con un discurso sencillo, cambiando el rigor silogístico por la vitalidad de la parábola, el autor expone la conveniencia de vivir ejercitándonos en la fortaleza, alegría, amor, confianza, esperanza, humildad, justicia, paciencia, prudencia y templanza.
Lejos de ser actitudes aisladas, cada una de estas virtudes reclama a las otras: «cada hábito virtuoso implica a los demás porque es el ser humano entero quien puede recibir el calificativo de virtuoso». Se trata, pues, de hábitos operativos que se ordenan a la perfección de toda la persona.
Un libro apto para cualquiera que busque aproximarse a la vida virtuosa, más allá de la especulación sobre la virtud.
