Fundó la Congregación de los hijos de la divina providencia, de las pequeñas hermanas misioneras de la Caridad, de los ermitaños contemplativos, de las contemplativas de Jesús crucificado y del Instituto secular orionita. Fue realmente un hombre de su tiempo, entregado totalmente a Dios y al prójimo. El Papa Juan Pablo II, con motivo del 50 aniversario de su muerte el 12 de marzo de 1990, dijo: Don Orione quiso hacer de Dios el corazón del mundo después de haber hecho de él el corazón de su corazón.