El tema de las utopías no es sólo un tema sumamente actual. Es también un camino privilegiado para la exploración del ser humano. «Ser hombre significa tener una utopía» (Ernst Bloch).
Cada época de la historia tiene su utopía, su sueño, de tal forma que acaso la Historia universal no sea en definitiva sino la historia de unos pocos deseos universales: de las diversas configuraciones que con el tiempo fueron tomando. Los modelos fundamentales, sin embargo, siguen siendo los mismos. Cabodevilla los ha reducido a siete, tantos como los colores fundamentales —de suyo, cualquier cifra resultaría a la vez aceptable y discutible, tan insuficiente como excesiva—, número que siempre ha simbolizado la totalidad (las combinaciones son infinitas; el naranja se obtiene mezclando el ideal del progreso científico con el ideal de la igualdad social).
Lo utópico no coincide precisamente con lo imposible. Contiene más bien una «verdad prematura». Por eso, más que una visión del futuro, la utopía constituye una interpretación del presente: ese futuro viene a ser como una contra-imagen, una crítica radical, una comprensión nueva de la actualidad a partir de sus posibilidades no explotadas, bloqueadas por el sistema imperante.
Cada época de la historia tiene su utopía, su sueño, de tal forma que acaso la Historia universal no sea en definitiva sino la historia de unos pocos deseos universales: de las diversas configuraciones que con el tiempo fueron tomando. Los modelos fundamentales, sin embargo, siguen siendo los mismos. Cabodevilla los ha reducido a siete, tantos como los colores fundamentales —de suyo, cualquier cifra resultaría a la vez aceptable y discutible, tan insuficiente como excesiva—, número que siempre ha simbolizado la totalidad (las combinaciones son infinitas; el naranja se obtiene mezclando el ideal del progreso científico con el ideal de la igualdad social).
Lo utópico no coincide precisamente con lo imposible. Contiene más bien una «verdad prematura». Por eso, más que una visión del futuro, la utopía constituye una interpretación del presente: ese futuro viene a ser como una contra-imagen, una crítica radical, una comprensión nueva de la actualidad a partir de sus posibilidades no explotadas, bloqueadas por el sistema imperante.