El examen de conciencia es una mirada sobre sí mismo a la luz de Dios. Es una mirada de verdad que reconoce lealmente las gracias de Dios para agradecérselas; que confiesa sencillamente sus deficiencias y luego reanuda su marcha hacia el Ideal.
Todos los maestros de la vida espiritual recomiendan el examen de conciencia. Nadie desconoce aquella máxima de la antigua sabiduría: “Conócete a ti mismo”. Descuidar el examen de conciencia es rehusar conocerse a sí mismo. La santidad cristiana nos enseña a medir nuestras posibilidades y nuestros límites para mejor alcanzar a Dios.
Todos los maestros de la vida espiritual recomiendan el examen de conciencia. Nadie desconoce aquella máxima de la antigua sabiduría: “Conócete a ti mismo”. Descuidar el examen de conciencia es rehusar conocerse a sí mismo. La santidad cristiana nos enseña a medir nuestras posibilidades y nuestros límites para mejor alcanzar a Dios.
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