TRESE LEO J., La sabiduría del cristiano

He encontrado gentes que decían no creer en Dios o en el otro mundo, pero tan agresivas al afirmarlo, tan ansiosas de encontrar argumentos, que daban la impresión de querer justificarse y aquietar su conciencia.
Una persona en la que la fe religiosa estuviese absolutamente muerta, dejaría que los demás creyesen lo que quisieran. Por eso, siempre he sospechado que es la esperanza lo que hace que tantos supuestos ateos traten de convertir a los demás a su «credo». ¿No será que no están satisfechos?... El humo que arrojan hace pensar que la hoguera de su fe sólo está adormecida y puede estallar en llamaradas en cualquier momento...

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