Muy poco te
entretendré en este vestíbulo, sacerdote quienquiera que seas que te dignas
meditar este mi tratado, para darte a conocer mi propósito al publicarlo, su
finalidad y manera de aprovecharlo. Ya desde que fui ordenado sacerdote empecé
a sopesar lo arduo que es desempeñar rectamente el ministerio recibido e
inmolar a diario por mis pecados y los ajenos al mismo Dios en el incruento
sacrificio.
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