La victoria de los Aliados había traído la paz a Europa en la primavera de 1945, si bien muchos países continuaron su existencia con una fuerte inestabilidad política y luchas internas de violento carácter ideológico. Restablecida la paz, se puso pronto en ejecución el plan Marshall, para la reconstrucción y desarrollo económico de gran parte de la Europa devastada por la guerra. España, que había salido destrozada de la guerra civil, y no pudo rehacerse durante el período de la segunda Guerra Mundial, se vio marginada después de los Organismos internacionales por las grandes potencias. De manera que, abandonada a sus propios recursos económicos, que eran escasísimos (no tenía carburantes, ni materias primas, ni producción agrícola para hacer frente al hambre), difícilmente pudo sobrevivir a un duro cerco internacional.
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