La vida de san Francisco de Asís es una vida hermosa en el mejor sentido de la palabra. Amaba la naturaleza y hoy sería un gran ecologista para defenderla de tantos ataques de la minería informal, de la tala indiscriminada de árboles, de los derrames de petróleo, que afectan contra la fauna y flora de las selvas, y de tantos ataques de los seres humanos, que por caza abusiva de especies de animales, los llevan al borde de la extinción.
San Francisco es el santo amigo de los animales. Dios le dio entre otros dones sobrenaturales el de poder tener un dominio natural sobre los animales, que lo seguían como a un amigo, sin miedo y sin temor.
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