La vida de la Madre Teresa de Calcuta es una vida
emocionante. A ella la llamaron en vida Madre
de los pobres, Madre universal y
Madre del mundo entero. En todas partes la conocían, porque sus religiosas
atendían a los más pobres y necesitados de la sociedad. También fue una Madre
para todas sus religiosas misioneras de la Caridad y para las otras ramas de
hermanos misioneros de vida activa, de vida contemplativa y de sacerdotes
misioneros de la Caridad. Ella fundó una Asociación de colaboradores laicos,
que pasan de tres millones, de los cuales muchos (20%) no son católicos. De
todas partes del mundo le llegaba ayuda, y Dios, con su providencia amorosa,
solucionaba sus problemas y le daba casas hasta en los países comunistas o
musulmanes donde no había podido entrar hasta entonces ningún sacerdote.
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