Santa Rosa de Lima fue una santa mística de primer orden, que llevó una vida de grandes penitencias por amor a Dios y a los demás. El amor de Dios inflamaba su espíritu de tal manera que todo su ser respiraba caridad y deseo de ayudar al prójimo por medio de sus oraciones, sufrimientos y colaboración personal. Se esforzó en ayudar económicamente a sus padres, mientras tuvo buena salud, y ayudaba en las iglesias en la decoración de las imágenes.
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