Son muchas las dificultades a las
que se enfrentan los jóvenes de hoy cuando desean vivir la virtud de la santa
pureza. No sólo a la llegada de internet, ni a la facilidad que existe
para caer sin apenas pretenderlo... ¡que también! Pero sobre todo, a esa
inmensa soledad en la que están abandonados, rodeados de información y de
impactos mediáticos, pero sin saber de verdad por dónde tirar en sus vidas.