La historia puede definirse como el conocimiento del cambio, de las transformaciones introducidas en el mundo por el uso que hicieron de su libertad quienes nos precedieron en el tiempo. Entre los factores que han influido en esa toma de decisiones están las creencias religiosas, la fe. De una manera particular esto es verdad para la fe cristiana, que desde que irrumpió en el mundo ha marcado intensamente el devenir histórico. En efecto, el hecho de la resurrección de Jesucristo y el testimonio que han dado de él los cristianos desde hace más de dos mil años constituye seguramente el hecho más decisivo de la historia. Nuestro cómputo de años, antes y después de Jesucristo, así lo reconoce.
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