El seguimiento de Jesús llevó a sus discípulos, desde el comienzo de su historia, al extremo de dar su vida al ejemplo de su Maestro, «cabeza de los mártires», en expresión de san Agustín. Esta entrega martirial nacía de su hondo sentido de libertad.
En nombre de Dios no quitaban la vida a nadie, sino que se la dejaban arrancar, confiados en que la muerte era para ellos, en realidad, el comienzo de la verdadera Vida. Preparado en su día por Daniel Ruiz Bueno, este libro titulado Actas de los mártires se basa en textos originales, griegos y latinos, de las más depuradas ediciones críticas. De gran valor también es el estudio introductorio que completa la edición.
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