Tomás de Kempis IMITACIÓN DE MARÍA

Con La Imitación de Cristo se formó un contingente de santos, como surge de la biografía de no pocos de ellos. 
Causa extrañeza, sin embargo, que al ordenar los escritos de Tomás de Kempis, no se haya advertido la oportunidad de recopilar en un volumen aquéllos, igualmente preciosos, de contenido mariano. 
Fue una grave omisión. En efecto, por una parte se descuidó todo lo que el autor había escrito, magníficamente por cierto, acerca de la Virgen como "providencial camino a Cristo y Dios y por otra parte se mantuvo prácticamente oculto a muchas almas, durante siglos, el providencial camino mariano, trazado por los escritos del auténtico maestro de espiritualidad.
 No faltaron por cierto otros autores que hablaran, incluso de modo eximio, sobre la importancia de la Virgen en nuestra vida interior. Pero el punto en cuestión es que, al presentar esa cumbre de ascética cristiana que es la Imitación de Cristo, se dejó en silencio otra cumbre de la misma: la referida a María, tan bien ilustrada por Kempis. 
Cumbre que mantiene su condición de tal porque ha sido querida por Dios.


LEER LIBRO