Francisco Luna ORACIÓN Y PRESENCIA DE DIOS

El autor pretende sólo una cosa: que el lector haga oración. Por eso, con un lenguaje muy sencillo y dialogante, el lector entenderá porqué el cristiano debe hacer oración y porque tiene que estar en presencia de Dios todos los días.

El Señor desea que lo amemos y es su voluntad que ese amor crezca. Ahora bien, ¿cómo querer a Dios?, ¿cómo es posible que aumente en nosotros el afecto por Él? Los filósofos nos enseñan una verdad que demuestra la experiencia de cada día: no se puede amar lo que no se conoce; por eso no se podría desear a Dios sin conocerlo. Y ¿cómo conocerlo sin tratarlo en la oración? Así pues, el amor de Dios está intimamente ligado a la oración del hombre, de tal modo que podría decirse "quien reza mucho, ama mucho y quien reza poco, ama poco".



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