Al principio fue la historia. La historia es una continuidad viva en la que cada hoy nace del ayer y florece en el mañana. En cada presente histórico de la Iglesia vive y vibra propiamente todo su pasado, y se siembra la semilla que florecerá en el futuro. Solamente a través del conocimiento exhaustivo del pasado en cuanto raíz del presente, se podrá conseguir que los acontecimientos que, en un momento dado, fueron realidad palpitante, vuelvan a despertar a nueva vida y se conviertan en nuevos gérmenes de futuro. Cualquier acontecimiento de la Iglesia, por remoto que se halle respecto al presente, todavía tiene que cumplirse y tiene que ser integrado en un contexto más amplio de la historia de la salvación. Por eso mismo, la historia de la Iglesia tiene que ser escrita, leída y reinterpretada por cada nueva generación, porque es cada hombre concreto, quien tiene que encontrarse con Cristo salvador, que dejó en prenda a la humanidad el gran sacramento de salvación que es la Iglesia (LG, 1).
La serie comprende cuatro volúmenes: I: Edad Antigua, por Jesús Álvarez Gómez); II: Edad Media, por José Sánchez Herrero); III: Edad Moderna, por José García Oro; IV: Edad Contemporánea, por Juan María Laboa.
La serie comprende cuatro volúmenes: I: Edad Antigua, por Jesús Álvarez Gómez); II: Edad Media, por José Sánchez Herrero); III: Edad Moderna, por José García Oro; IV: Edad Contemporánea, por Juan María Laboa.
