Dijo el autor de este libro "La Iglesia con frecuencia se ocupa demasiado de sí misma y no habla
con la fuerza y alegría necesarias de Dios, de Jesucristo –aseguró–;
mientras el mundo no tiene sed de conocer nuestros problemas internos,
sino del mensaje, que ha dado origen a la Iglesia: el fuego que
Jesucristo trajo a la tierra».
La crisis de hoy «La crisis de nuestra cultura se funda en la
ausencia de Dios y tenemos que confesar que también la crisis de la
Iglesia es en buena parte la consecuencia de una difundida marginación
del tema de Dios."