Josef Holzner SAN PABLO HERALDO DE CRISTO

Una obra apabullante por su erudición. Son admirables los conocimientos del autor no sólo sobre cristianismo en general y del protagonista y su obra en particular, sino también del judaísmo, del helenismo, de historia de las religiones, de filosofía –antigua, desde luego, pero también moderna (Nietzsche etc.)–, de geografía, de topografía, de arqueología. Holzner analiza al microscopio todos los viajes, fundaciones, cartas y cautiverios del santo. Impresionan sus periplos infatigables a través de pasos inhóspitos, desiertos insalubres y cordilleras hostiles por todo Asia menor (Tarso, Derbe, Listra, Iconio, Antioquia, Tiatira, Esmirna, Pérgamo, Éfeso, Sardes, Filadelfia, Laodicea, Tróade) y por Macedonia (Filipos, Tesalónica, Berea); sus estancias en Atenas (impresionante el discurso en el Areópago) y en Corinto; sus travesías marítimas (con naufragio incluido) por casi todo el Mediterráneo; sus espinosas visitas a Jerusalén, con los cristianos judaizantes al acecho, y cómo no, sus dos cautiverios en Roma y su martirio final. Y no menos impresionan sus cartas (cuidado análisis por Holzner de cada una de ellas) y también su decisión a la hora de dar su vida por Cristo y por el Evangelio, sin pararse a medir la prudencia de sus acciones. Los retratos de los personajes son vívidos: Lucas, Marcos, Timoteo, Tito, Áquila y Priscila, y tantos otros. Y San Pablo queda reflejado como un titán de la fe, un luchador que no contempla la derrota, un excelente orador, un valiente. 

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